- 10 diciembre, 2021
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Conceptos y realidades desde la economía de la felicidad
Andrés Gómez León
Cada cultura ha ofrecido aportes y creado sus propias aproximaciones. Las posturas sobre los determinantes de la felicidad son diversas y se encuentran enlazadas con el contexto histórico y cultural de cada sociedad.
En la actualidad, la rama conocida bajo el nombre de economía de la felicidad contribuye a partir de la elaboración de teorías que pueden contrastarse a través de procesos rigurosos de recolección de información. Robustos programas estadísticos permiten analizar numerosos datos, ofreciendo una importante ventaja para establecer conclusiones sobre la validez de las meditaciones teóricas, condición novedosa con la que no contaron las reflexiones de culturas milenarias.
De tal manera, las ideas contemporáneas sobre la felicidad pueden ser legitimadas, desvirtuadas o modificadas haciendo uso de las respuestas que dan las personas acerca de lo que las hace felices. Enunciar, explicar y contrastar estas visiones es el propósito de las siguientes secciones:
Los determinantes teóricos
Desde la teoría económica, el trabajo de Silva y Hernández [1994] compila rigurosamente la argumentación para ocho determinantes de la felicidad, tres de ellos se refieren al tipo de ingreso: absoluto, relativo y marginal. El primero refiere a las rentas de las personas; el segundo a su comparación, es decir, a la posición del individuo en la escala de ingresos de la sociedad, lo cual implica que se puede ser feliz ganando poco siempre y cuando se esté por encima del promedio, o ser infeliz recibiendo mucho si los otros devengan más. El tercer factor es la variación del ingreso en el tiempo, puesto que para ser más feliz se requeriría de aumentos sucesivos.
El cuarto factor es la utilidad, definida como la satisfacción que las personas obtienen al utilizar los bienes que adquieren. La teoría también señala la importancia de las instituciones para poder ejercer y disfrutar de otros factores de la felicidad: libertad, ocio, medio ambiente y justicia.
Aunque se presentan de manera individual, estos últimos demandan complementos fundamentales, por ejemplo, una sociedad feliz requiere libertad, pero las personas pueden confundirla con anarquía. Para minimizar el potencial riesgo se debe acudir a la cultura. El ocio, entendido en el sentido de los griegos, es otro factor complementario de aquellas, puesto que representa tiempos diferentes a los laborales en los que las personas despliegan diferentes tipos de capacidades en busca de su realización personal.
Los individuos requerimos entornos sociales y naturales para desarrollar interacciones de todo tipo, la teoría lo reconoce bajo el nombre de medio ambiente, factor indispensable no solo para la existencia, sino para la formación de condiciones que permitan que ésta sea feliz. Por su parte, la justicia trata los aspectos de un sistema que reduzca las desigualdades y reconozca la importancia de trabajar como sociedad en pro de un norte común.
Los determinantes empíricos
Desde el empirismo, las respuestas de los habitantes del primer mundo sobre los determinantes de su felicidad son recogidos y analizados a través de la encuesta mundial de valores. Layard [2005] caracteriza los resultados a través de lo que denomina: “Los Siete Grandes de la Felicidad” y los presenta en orden de importancia declarada por las personas.
El primer factor que enuncian las personas como determinante de su felicidad son las relaciones interpersonales, más específicamente el hecho de tener pareja; en promedio, son más felices las personas que la tienen que los solteros, viudos o separados.
El segundo es la situación financiera, tema sobre el que la teoría económica se ha ocupado ampliamente, al punto de equiparar equivocadamente el ingreso con la felicidad. El tercero es el trabajo, ya que la gente no solo trabaja para obtener ingresos, lo hace también por sentirse útil, así como para encontrar espacios de interacción y sumarse a metas colectivas.
El cuarto factor es la salud, si bien disponemos de una gran capacidad de adaptación que se extiende al padecimiento de enfermedades, estar saludable es relevante en el sentir de la gente, especialmente cuando se trata de la salud mental. Tener amigos y sentirse parte de la comunidad es el quinto factor, las personas se declaran más felices cuando hacen parte de una red con la cual se comparten alegrías y tristezas.
Libertad personal, económica (producción y consumo) y política (de opinión y elección) conforman el sexto factor; en efecto, las decisiones dictatoriales y el comunismo en general son enemigas de la felicidad. El último son los valores personales, el ser interior y la filosofía de vida son importantes, además, se ha encontrado una fuerte relación entre fe y felicidad.
Conclusiones del contraste teoría vs realidad
La teoría concede alta importancia a los factores monetarios y de satisfacción material al abordar la temática de la felicidad, de hecho, especifica las tipologías del ingreso y sus efectos sobre ésta. La perspectiva empírica, por su parte, no comparte el entusiasmo teórico por los aspectos relacionados con el ingreso, si bien la situación financiera importa, no es el único factor y tampoco ocupa el lugar de privilegio (tener pareja) cuando los individuos reflexionan sobre su felicidad.
Es diciente que seis de los “siete grandes” declarados por las personas refieran a temas de interacción social. Los resultados permiten comprobar aseveraciones propuestas por Marx [2009], quien define al hombre como un animal social que puede individualizarse solo en sociedad. Desde esta mirada, tanto lo que el hombre es como lo que puede llegar a ser depende de la cantidad y calidad de sus relaciones sociales y en esto, la felicidad no es excepción.
La teoría reconoce la relevancia de las relaciones interpersonales al argumentar sobre medio ambiente y justicia, de hecho, el ingreso relativo valida la importancia de los “otros” en la felicidad propia, sin embargo, dichas relaciones se ponderan más desde el empirismo. En cuanto a factores no monetarios, la utilidad como concepto parece reducida a la tenencia de ingreso por parte de los individuos, de allí que no la hagan explícita como determinante de la felicidad.
El factor denominado cultura ponderada por libertad del aparato teórico es similar en su contenido a las libertades económicas y políticas declaradas por las personas en las encuestas, puede afirmarse que, entre estos factores existe más convergencia que confrontación.
Pero existen brechas notorias entre teoría y empirismo. La teoría desconoce la importancia en la felicidad de las relaciones interpersonales provenientes del trabajo, la comunidad y los valores. A su vez, ocio, medio ambiente y justicia, son factores ausentes en las respuestas de la gente.
Lo anterior no implica necesariamente que el componente empírico es correcto y la teoría no lo es. Es posible que las personas ignoren la importancia subyacente de los factores teóricos, lo cual sucede en las encuestas de pobreza al indagar sobre los niveles de calidad de vida, puesto que los sujetos desconocen alternativas en ese frente y pueden declararse conformes con lo que tienen.
En todo caso, trabajar con el fin de perfeccionar las teorías y hacerlas fidedignas de los intereses y sentimientos de las personas, así como distinguir sus preferencias a través de los estudios empíricos se convierte en un imperativo del avance social.
¿Se encuentra usted más cerca de la teoría o del empirismo en la felicidad? ¿Considera que una mezcla de los determinantes es más diciente de su felicidad actual?
Lo cierto es que estudios profundos sobre los determinantes de la felicidad, sea que provengan del campo teórico o de la experiencia vivencial o, idealmente de sus contrastes, permitirán construir mejores aproximaciones y reflexiones personales, mientras que, en el entorno colectivo, facilitarán el diseño de políticas públicas de mayor calidad sobre un estado de gracia al cual todo individuo y sociedad tienen el derecho de aspirar.
Referencias bibliográficas:
Silva, Julio & Hernández, Iván. [1994]. Sea F la función de felicidad… Revista Cuadernos de Economía.
Layard, R. [2005]: La felicidad. Lecciones aprendidas de una nueva ciencia. (Traducción de V. Gordo del Rey y M. Ramírez). México: Taurus Pensamiento.
Marx, K. [2009]. Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (Grundrisse), Tomo I. México: Siglo XXI.
Tomado de: https://www.urosario.edu.co/Revista-Nova-Et-Vetera/Omnia/Conceptos-y-realidades-desde-la-economia-de-la-fel/